Ceirat

[vc_row][vc_column width=”5/6″][vc_column_text]

¿Qué es un protocolo de investigación de accidentes de tránsito?

Acc. Gisela Insaurralde

 

Cuando nos referimos a un protocolo de actuación, en realidad estamos englobando bajo tal término, al conjunto de pasos a seguir, instrucciones de actuación en el lugar del hecho, normas a aplicar, es decir: hacemos alusión a las pautas de trabajo que se recomiendan seguir protocolarmente.

¿Para qué sirven los protocolos de investigación?

Aplicar los protocolos, garantiza en primer lugar, el preciso resguardo de la escena del hecho y consecuentemente de la evidencia que posteriormente deberá ser identificada y documentada.

Aplicar un protocolo de señalización y documentación de la evidencia, no solo garantiza un correcto levantamiento de la información indiciaria, sino que además colabora con la aplicación de un lenguaje universal, mediante el cual, cualquier profesional abocado a la tarea de reconstrucción, podrá interpretar correctamente lo relevado.

Al mismo tiempo, aplicar un protocolo que establezca cómo actuar en procedimientos específicos, como pueden ser atropellos, colisiones frontales, vuelcos, los cuales si bien son catalogados universalmente como “hechos de tránsito”, tienen formas de producción diferentes, y donde existen grupos de evidencias que son importantísimas de relevar puntualmente, como por ejemplo, en el caso de los vuelcos, la determinación del punto de tropiezo y la posición final del vehículo, en forma conjunta con la medición de la distancia que separa dichos puntos.

¿Por qué es importante conocer y aplicar los protocolos de investigación de accidentes de tránsito?

Desde la perspectiva forense, podemos decir que un hecho de tránsito tiene dos etapas: la de investigación, cuando el perito, policía, investigador, acude al lugar donde ha acaecido el suceso y procede a identificar, señalar y documentar las evidencias; y la segunda que es la Reconstrucción, donde en función a esos indicios relevados, se analizan factores como la dinámica del hecho, la determinación de velocidades, el planteo de las causales, y demás. La efectividad de la segunda, resultado que es de suma importancia para el Juez y las partes, y tal como lo expresé, depende de la calidad de la investigación.

Para citar ejemplos ilustrativos, cuando nos toca relevar la colisión de un vehículo contra un poste de luz, aplicar el protocolo de medición de las deformaciones sobre el plano dañado del rodado, es fundamental, para poder cuantificar la energía cinética, transformada en trabajo de deformación residual.

Si no lo hacemos, si no aplicamos un protocolo, habrá “una parte de la película que no podremos ver”, un rango de velocidad que no podremos informar, y muchas veces ese “trozo” de variación de la velocidad que no pudimos calcular, porque no se desarrolló el protocolo correcto de medición, es la diferencia que ayudaría idóneamente al Juez, a valorar si tal vehículo circulaba por encima o por debajo de la escala discreta de velocidad que utiliza, que es la establecida legalmente para la zona específica donde acaeció el hecho.

Otro ejemplo, los coeficientes de fricción o factores de desaceleración. Dos variables que son “primas hermanas”.

Cuando en el lugar hallamos marcas de neumáticos con estrías longitudinales, estamos en presencia de una maniobra de frenado, en la que además de medir la distancia extensión de las marcas, la distancia entre las huellas y su posterior confrontación con la distancia de trocha del vehículo que se establezca, dejó tales marcas, es necesario medir en el lugar del hecho: el coeficiente de fricción.

La especificación del coeficiente de fricción es una tarea que requiere una fundamentación científica. Es un valor muy sensible, que influye notoriamente en el cálculo de velocidad que realice un perito, pudiendo arribar a un valor completamente distante de la aproximación real. Para levantar esta información, autores reconocidos en el ámbito, manifiestan que la determinación del coeficiente de fricción debe estar apoyado en experiencias o test realizados por el Perito en el lugar del hecho.

Toda valoración fuera de esta regla puede generar interpretaciones erradas de las condiciones de adherencia. Por ejemplo, el Dr. Alba López, junto al Dr. Monclús González, e Iglesia Pulla en el libro que escribieron de común acuerdo, expresan que “El coeficiente de rozamiento se determina siempre de modo experimental, midiendo al fuerza F necesaria para mover un objeto de peso conocidos sobre la superficie…”

El Lic. Gustavo Enciso, al igual que el Ing. García, advierten en sus bibliografías, de la sensibilidad del valor del coeficiente de fricción diciendo: “…no existe un valor único de µ (coeficiente de fricción) para una condición dada…Por ello la elección del valor del coeficiente de fricción debe hacerse con cuidado, y sobre todo libre de influencias por obtener un determinado resultado…Un uso razonable (recomendación de los antes mencionados estudiosos del tema) es ponderarlos dentro de valores máximos y mínimos”. Es decir, expresan que es necesario que el perito maneje la incertidumbre y establezca valores dentro de un entorno seguro.

Utilizar un miu extraído de tabla, es causal de múltiples impugnaciones que atacan fundamentalmente al actuar del perito o investigador; por no levantar una evidencia como corresponde, por no ajustarse a los protocolos internacionales de investigación de accidentes de tránsito.

¿Cómo actuar cuando no hay marcas de frenado?

No es posible decir que un vehículo “no frenó”, porque no hay huellas de frenado que así lo pongan de manifiesto en el lugar del hecho. Si conocemos el lugar o zona de colisión, y el vehículo se encuentra en la posición final, evidentemente, existió una desaceleración. En estos casos, ya no estaríamos hablando de un miu de fricción, sino de un factor de desaceleración, para lo cual también, existen protocolos que guían a los expertos en su medición en el lugar del hecho.

En resumen, un protocolo de actuación en el lugar de un hecho de tránsito, permitirá organizar, ordenar y secuenciar de manera lógica, eficaz y eficiente la actividad de identificación y recopilación de la evidencia, garantizando que toda la información indiciaria sea relevada, siguiendo los procedimientos de recolección que permiten demostrar que la investigación en sí, cumplió con los requisitos establecidos por los estándares científicos. De esta forma, el procedimiento, no podrá ser desvirtuado o impugnado por los letrados.

En la Diplomatura en Procedimientos de Investigación de Accidentes de Tránsito en el lugar del Hecho, analizamos y desarrollamos los protocolos de procedimientos de aplicación internacional, basados en las investigaciones de la Traffic Collision Investigation of Northwestern University; Center for Public Safety y ordenados bajo el Estándar internacional SAE J1674; logrando como resultado unificar criterios globales respecto a los “pasos a seguir” para una correcta y completa documentación de las evidencias.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/6″][/vc_column][/vc_row]
error: Content is protected !!